Los procesos de Dios I

11
Nov

FILIPENSES 3:12-14 RV60

12 No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. 13 Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, 14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” 

El apóstol Pablo, conocido como el misionero más grande de la humanidad y quien escribió por medio del Espíritu de Dios, cerca de 13 cartas del Nuevo Testamento a las Iglesias, fue una persona que entendió, que para cumplir el propósito y llamado de Dios para su vida; era necesario atravesar una serie de procesos: los procesos de Dios. 



¿Cuáles son los procesos de Dios? 


“Un proceso es una secuencia de pasos dispuesta con algún tipo de lógica que se enfoca en lograr algún resultado específico.”.



Alguien dijo: “Debemos entender que la vida consiste de procesos, y que Dios tiene procesos, de los que cuando nos mete, no nos podremos salir. 

Para poder comernos la comida debemos prepararla primero. 

Quieres chuparte una naranja, primero debes pelarla.

El agricultor primero siembra la semilla, luego espera un tiempo en que caiga la lluvia y salga la planta, sigue cuidando de sus cultivos, hasta que llega el tiempo de la siega, y obtener el fruto.

Hacer una pieza en un torno (máquina y/o herramienta), por ejemplo, hacer un coche requiere de todo un proceso que dura varios días. Hacer una pieza de ajedrez, necesita de un proceso largo y delicado.

Una buena pintura necesita de un proceso, antes fue un pedazo de lienzo. Un vestido de diseñador que será admirado por todos, también lleva todo un proceso, antes fue sólo una tela.

Así como de pasar de la niñez a la adultez, a la madurez, todo es un proceso por el que tenemos que pasar, así es con Dios, él tiene procesos que si no los entendemos estaremos peleando innecesariamente contra nosotros mismos, y contra los demás, y tal vez hasta contra Dios.



Ejemplos de los procesos de Dios 

Como vemos, no hay cosa que se haga efectivamente sin que tenga que pasar por su respectivo proceso. Así mismo, todo hijo de Dios, requiere pasar por el proceso de Dios. El apóstol Pablo entendió esto aún desde su prisión, en la que fue encarcelado injustamente, a causa del mensaje del Evangelio. Pablo dice: “… las cosas que me han sucedido, se han producido más bien para el progreso del Evangelio…” Flp 1:12. Aunque no fue lo único que atravesó, Pablo entendía que detrás de toda situación en su vida, Dios estaba en medio de ella, MOLDEANDO SU CORAZÓN, SU VIDA, SU FE, SU PACIENCIA, ETC. 

Abram, el Padre de la fe, tuvo que atravesar también por los procesos de Dios, él tenía una vida acomodada en cierto lugar, hasta que llegó Dios y le sacó de su comodidad. GÉNESIS 12:1-2 RV60:

“1 Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.”

Aunque esto no debió haber sido cosa fácil para Abram ni para ningún ser humano, Abram aceptó el proceso de Dios en el cual, Dios lo sacaría de ese lugar, hacia otra tierra. Abram no resistió (rechazó) el proceso de Dios, aunque este no fue el único proceso que tuvo que pasar. Dios trabajó en Abram, SU FE, SU TEMOR DE DIOS, SU CONSTANCIA, ETC. 

José, tenía claro lo que Dios quería hacer a través de su vida, sin embargo, primero fue vendido por sus hermanos (Gn 37:26-28), luego trabajó en el palacio de Potifar como su asistente personal donde todo parecía ser color de rosa (Gn 39:2-4), hasta después que la esposa de Potifar lo acusara de haber querido abusar sexualmente de ella (Gn 39:13-15) y fue encarcelado (Gn 39:19-20). También José comprendió, más adelante, que estos procesos eran necesarios en su vida, para que llegase a cumplir su destino en Dios. 

GÉNESIS 41:41-43 RV60:

“41 Dijo además Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto.

42 Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de José, y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello;

43 y lo hizo subir en su segundo carro, y pregonaron delante de él: !!Doblad la rodilla!; y lo puso sobre toda la tierra de Egipto.” 

Moisés, de niño fue arrojado al rio Nilo por su madre (Éx 2:3), luego fue recogido por la hija del nuevo faraón de Egipto (Éx 2:5-6), creciendo como un hijo de la casa de Faraón, Moisés bajo todos los lujos, posesiones y comodidades; decide ayudar a uno de sus compatriotas israelitas, que estaba siendo golpeado por un egipcio, y llega a matarlo, teniendo que huir a Madián (Éx 2:11-15). Caminando por el Sinaí, Dios se le presenta y le pide retornar a Egipto, con su familia, para rescatar al pueblo israelita de su esclavitud (Éx 3). Moisés le dice “SÍ” al proceso de Dios en su vida. ÉXODO 4:20 RV60:

“20 Entonces Moisés tomó su mujer y sus hijos, y los puso sobre un asno, y volvió a tierra de Egipto. Tomó también Moisés la vara de Dios en su mano.” **A pesar de los temores y cuestionamientos, Moisés dejó que Dios lo procesara llevándolo a diferentes lugares y a distintas circunstancias, guiando a Su Pueblo hacia la tierra prometida.  

Y podemos mencionar a muchos más hombres y mujeres de Dios registrados de la Biblia, de hecho todos, quienes necesitaron someterse a los procesos de Dios para alcanzar su destino y propósito en Dios. 



¿Qué hace Dios en los procesos? ¡pastel de zanahorias!

En los procesos de Dios, Dios quita aquellas cosas en ti, que no van conforme a su propósito; mejora otras cosas y añade aquellas que necesita que tú tengas, para cumplir el llamado para el cual Él te diseñó. Pensemos en un proceso de la vida diaria; cuando quieres preparar un pastel de zanahorias, no sólo metes al horno todos los ingredientes y esperas que salga de él algo como un pastel; sino que trabajarás con cada uno de los ingredientes, cantidades, cocciones correctas, las prepararás de tal manera que, si tan solo uno de sus ingredientes no reacciona de la manera correcta o se compactan de la manera indicada, NO SE CONSEGUIRÁS LA OBRA ESPERADA. Esto mismo sucede en el proceso de Dios, Él tomará cada parte de tu vida y de tu ser, para someterla a un proceso muy especial, a fin de lograr los resultados esperados, pero ¿Qué sucede si los ingredientes se resisten a la mezcla o no se compactan de manera correcta? Más bien, tu pregunta debería ser:



¿Qué debo hacer yo durante los procesos de Dios?

Si algo falla, recuerda: No tienes a un panadero trabajando en tu vida, tienes a un maestro y a un alfarero perfecto que NO comete errores, sin embargo tú si los puedes cometer, tú si puedes responder de la manera equivocada al Proceso de Dios, es por ello que; lo más importante es: BUSCAR LA PRESENCIA DE DIOS, PARA SABER RESPONDER CORRECTAMENTE A LOS PROCESOS DE DIOS. ¿Cómo sabrás que durante el proceso Dios querrá que tus respuestas sean: paciencia y no confrontación, sabiduría y no compasión, acción y no autoconfianza? Tu respuesta debe ser: 

“Señor, en este proceso, quiero hacer lo que tú digas, quiero atravesar tu procesamiento en mi con éxito”

Para ello, debes pasar tiempos en la Presencia de Dios: por cada etapa y proceso en el que Dios te esté trabajando; escucha la voz del Espíritu hablándote de cómo responder al proceso de Dios al que has sido sometido. Al salir de tu lugar secreto, el Espíritu Santo te va a hablar y pondrá en tu mente y espíritu lo que espera de ti, y de allí saldrás sabiendo qué decir, cómo actuar, qué hacer: conforme a la voluntad de Dios, para así atravesar exitosamente los procesos de Dios, ya que en tus fuerzas no podrás lograrlo y es por ello que necesitamos pasar en la Presencia de Dios. La Biblia dice: 

2 CORINTIOS 3:5 RVR1960

no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios.”

FILIPENSES 2:13 RV60

“porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.”

Pasa tiempos de intimidad con Dios, ESFUÉRZATE y preocúpate en conocerlo más, a través de su Palabra, y al pasar tiempos a solas y de calidad en la Presencia del Maestro. Sólo de esta manera, podrás responder correctamente a Su proceso, y lo atravesarás todo; de principio a fin.