¿A alguien le es familiar el nombre Tomas Edison? o quizá ¿Albert Einstein? ¿Quién no ha escuchado acerca de Beethoven?… Al menos una vez hemos oído acerca de estos nombres y nos son reconocidos históricamente pues han dejado un legado en la tierra, sean inventos trascendentales, descubrimientos, etc., que han influenciado y marcado hasta el día de hoy las presentes generaciones. Así también recordamos a Adolfo Hitler un nombre muy reconocido, un dictador alemán quien asesinó a cerca de 5 millones de judíos por intolerancia o antisemitismo. Sin duda alguna todos estos personajes dejaron un legado, un recuerdo en todas las naciones, unos de mucha bendición y otros, de maldición perpetua.
Todos buscamos dejar “algo”
La gente en la actualidad también quiere dejar legados, hay que entender la diferencia entre herencia y legado. La herencia es todo aquello que usted puede dejar PARA su familia o futuras generaciones, como: dinero, la educación de los hijos, casas, bienes, etc., y al parecer estas son “buenas herencias”. Sin embargo, un legado es aquello que dejamos EN nuestra familia. Mientras que las herencias son corruptibles, y demasiado limitadas, tanto así que las podríamos enumerar con todos nuestros dedos, un legado verdadero va más allá, del dinero y las cosas corruptibles. ¿Entonces cuáles cosas son las que valen verdaderamente la pena? ¿Cuál es el verdadero legado que debo heredar a mis hijos, a mi familia, a mis futuras generaciones y al mundo?
Entonces, ¿cómo podríamos dejar un legado que verdaderamente perdure?
Para el hombre esto es humanamente imposible. Pero para el eterno Dios no lo es, de tal manera que usted no podrá dejar un legado que perdure a menos que DIOS esté en su vida. Esto significa que, para lograrlo, NO ES POR SUS BUENAS OBRAS O POR SU PERFECCIÓN, SINO POR MEDIO DE LA FE.
No importa que tus padres no hayan conocido al Señor, porque a partir de ti descenderá una generación apasionada por Dios y con fuego en su corazón para transmitirla a la siguiente. ¿Qué legado quieres dejar? ¿Qué legado estas construyendo para tus hijos o resto de la familia? Y nosotros, ¿Recibimos un buen legado, ¿qué legado nos dejaron antes de llegar a los pies de Jesucristo? ¿Dejaré el mismo legado que me dejaron mis padres, a mis hijos, nietos y bisnietos, o familia? Como dijimos al principio, no es importante tu origen, sino que puedas saber que has sido llamado y creado con un propósito en Dios: que de tu simiente crezca una generación que traiga salvación a este mundo y lo impacte mostrando su Gloria. El diablo ha querido por mucho tiempo, destruir el propósito de Dios, y para ello trabajará en poner trabas y obstáculos para prohibirlo.
No obstante, y afortunadamente, Jesús vino a la tierra, para ROMPER con los legados de maldición que heredamos de nuestros antepasados; como enfermedades, escasez, pobreza, vicios, etc. Para todo aquel que le recibe y cree en su nombre.
Ejemplos de legados buenos y malos
Somos responsables de dejar cosas buenas y malas a nuestros hijos y generaciones futuras desde HOY, dependerá de las decisiones que tomemos y el legado que decidamos construir. El Rey David, el ungido de Dios y escritor de los salmos dejó un muy buen y preciado legado, ya que de su descendencia nació El mesías, el Hijo de Dios, Jesús. Sin embargo, también cometió errores que dejaron un mal legado en sus hijos. En 2 SAMUEL 11:1-4, se registra el pecado de David al tener relaciones sexuales con la esposa de un siervo suyo. Y más adelante el mismo David cegado por el pecado, manda a la guerra al esposo de Betsabé para hacerlo morir a propósito y para que él sé que quedará con ella (2 SAMUEL 11:15, 23-27).
Más tarde vemos como David paga el precio de su pecado en sus hijos. 2 SAMUEL 13:1-2, 6-7, 10-12, 14 Amnón, hijo de David se enamora de su media hermana Tamar, la engaña hasta forzarla y abusa de ella. A consecuencia de esto el hermano de Tamar decide tomar venganza y mata a Amnón, hijo de David, quien había forzado a su propia hermana a tener relaciones con él. Tristemente Absalón el otro hijo de David, hermano de Tamar, decide tomar venganza y asesina a Amnón y huye lejos de su casa (2 SAMUEL 13:25-29,34).
Absalón al regresar, se subleva contra David su padre, intentando dividir el reino (2 SAMUEL 15:12-14) y luego muere trágicamente (2 SAMUEL 18:9). No obstante, más adelante otro hijo de David, Salomón quien construyó el templo para Dios, luego del pacto que Dios hizo con David en 2 SAMUEL 7:12-13.
Salomón, cuando creció cometió también errores en cuanto a sus mujeres.
El verdadero legado
Podemos recordar los nombres mencionados anteriormente, sin embargo, con el paso de los años, quizá ya no sean tan reconocidos. Pero existe UNO y UN SOLO LEGADO que, aunque pasen los cielos y la tierra, jamás pasará y este legado tiene la firma de alguien llamado JESUCRISTO. Dios nos dejó el VERDADERO LEGADO, al descender del cielo, de su casa, en forma de hombre para morir y entregar toda su sangre en una cruz, resucitar y pagar por el pecado de todos los hombres, es decir: los que ya murieron, los que existen hoy, y los que están por nacer. “Para que todo aquel que él crea no se pierda más tenga vida eterna” JUAN 3:16 RVR1960.